Hace escasas fechas, tuve la oportunidad de disfrutar y reflexionar junto a un nutrido grupo de profesionales de la intervención social y la educación formal, en el curso Prevención de la violencia machista. Programa Beldur Barik.
La contrastada (y cotejada) experiencia de la dinamizadora Alixe Rodriguez, hizo decantar la balanza de lo que a mi parecer fue, un encuentro enriquecedor y productivo, más allá del meramente plano profesional.
Constatación y cumplimiento, del objetivo prioritario con el que acudía: “Verificar que me estaba sumando al movimiento democrático e igualitario del feminismo e insistir en la perentoria necesidad de seguir graduando las gafas apreciativas, que dicho proceso requiere”.
Casualidades o no, coincide en el tiempo, con la finalización de la hermosa y cálida lectura del libro Machismos: de micro nada (Edicions embora, 2015), publicación del Ceesg, que a través de su grupo afianzado Fiadeiras, intenta plasmar negro sobre blanco, el espacio de trabajo, encuentro y reflexión que en torno al mundo feminista han generado de unos años a esta parte.
Cuando introduzco los términos “hermoso y cálido” para adjetivar dicha publicación, no crean que me decanto por el noble arte de la apreciación baladí o por el cumplimiento del protocolo políticamente correcto y pastelón. Es una obra, con un altísimo compromiso político, e incluso compromiso solo, sin aditivos. Introduciendo desde formas simbólicas y metafóricas, a narraciones crudas e hiperrealistas, necesarias para el contraste y la denuncia de una cultura y unas formas patriarcales que inundan nuestro (in)consciente colectivo.
De ahí que destaquen sobremanera, la gran presencia poética como elemento narrativo, que discurre entre la añoranza y la impotencia, hacía postulados más reivindicativos, impregnando en algunos de sus pasajes, ciertas trazas hembristas (necesarias por otra parte, administradas en pequeñas dosis), con las que combatir la crudeza de realidades machistas y atrocidades sin retorno.
Machismos: de micro nada, deja una sensación de posibilidad y esperanza a los/las lectores que se adentran en sus páginas, un sentimiento de compañía, de que no se está sola, de que se puede y debe recoger a las personas (mujeres principalmente). Siendo una obligación ciudadana e institucional, el procurar políticas que fomenten la igualdad y eliminen el machismo como sustrato social adherido.
No solo, que también, con la eliminación del terrorismo sexista como estadística más bochornosa y lamentable de una sociedad imperfecta, sino desde la lupa minuciosa de las nadas. Esas nadas minimizadas o naturalizadas a través de la historia y que nos obliga a situarnos en un lado u en otro, arriba o abajo, azul o rosa.
Si buscan elementos con los que combatir la cotidianidad, situaciones de análisis y reflexión costumbristas pero nocivas, ejemplos de los estándares o establecimiento de las relaciones de poder, el cómo trabajar la autoestima, la imagen y el valor de una misma, el empoderamiento u ofrecer modelos de referencia que favorezcan cánones de igualdad.
Si necesitan entender claves de reconocimiento de una/o misma/o a través del cuerpo, la necesidad de vigilar y luego acompañar contextos donde se desarrollen posibilidades de elección y disposición libremente de una/o mismo/a y no bajo el control ni el maltrato del otro/a, si lo están buscando: lo han encontrado.