En nuestro trabajo, normalmente, el educador o educadora no está acostumbrada a recibir, elogios halagos y reconocimiento. Como ya hemos comentado en alguna vomitona al uso, esa desatención suele ser en primer lugar por parte de la entidad y/o nuestros/as «superiores». Pero hoy no quiero referirme a éstos, hoy quiero referirme a nuestros usuarios y
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